El valor de lo simple

¿Quién no ha sufrido un ataque de SPAM en Facebook, Twitter o su propia cuenta de correo? Y es que así como internet es un invento que ha revolucionado al mundo en los últimos 20 años, también ha traído consigo dolores de cabeza y trampas que buscan atrapar a los más incautos. En el auge de las redes sociales la situación no es diferentes. De hecho, el que estas se sustenten en la información real que dan sus usuarios ha servido como el espacio más apropiado para estos inescrupulosos fines.

En Facebook todos los días aparecen aplicaciones falsas que su único objetivo es recolectar información valiosa de los usuarios para fines desconocidos. Aplicaciones como "Quién ha visto tu perfil", "Agrega no me gusta a tu Facebook", etc., se aprovechan de las críticas que tienen los usuarios para hacerles aceptar sus términos y una vez hecho esto, bombardear a los demás con mensajes indeseados. En Twitter también sucede que aplicaciones acceden a tus permisos de publicación y usan tu "timeline" para estos fines.

Y esas no son las más peligrosas. Además de SPAM, existen prácticas que buscan robar o estafar a los usuarios de las redes y de internet en general. Una de ellas es el phishing que consiste en presentarte páginas que imitan a la de tu banco o tu cuenta de correo, por ejemplo, para robarte información delicada. También están los correos infectados con virus o malware, que se aloja en tu computador y roban información constantemente.

Así pues, aprende a valorar toda la información que publicas en internet y a cuidarla celosamente. Tus datos de contacto, tus tarjetas de crédito e incluso los derechos de publicación en tus cuentas o perfiles deben ser exclusivos para ti y para aquellas personas y/o servicios en los cuales confían plenamente y que en realidad sí existen para hacer las cosas más sencillas y simples.